domingo, abril 18, 2010

Y este tipo dirigía un canal de televisión...

Ayer, durante los preparativos para el desfile en conmemoración del Bicentenario del inicio de la gesta independentista venezolana (19 de Abril de 1810), un militar falleció tras cerrarse su paracaídas cuando estaba a doscientos metros de altura.

En cualquier país del mundo eso habría sido tenido por un triste y lamentable accidente y el 100% de la gente lo habría tomado así, sin encontrar nada ni remotamente 'jocoso' en el fatídico suceso. Pero Venezuela -para bien y para mal- no es "cualquier país del mundo".

A un par de horas de tan terrible fallecimiento, una usuaria de Twitter llamada Ana Carolina Ravell, publicó este "chiste" en su perfil:


Aunque es realmente repulsivo el 'humor' del que hace gala esta persona, no tendría nada de particular en el mundo opositor venezolano: una enfermita más. Ni siquiera importa que sea hija de quien es.

Pero cuando su "papaíto", Alberto Federico Ravell, retuitea ese 'chiste', es decir lo da a conocer a sus más de cien mil seguidores en Twitter como algo digno de encomio, la anécdota se torna, más que repugnante, que lo es, en muy descriptiva de lo que es la oposición venezolana.


¿Cómo calificar el hecho de que quien ha sido director de un canal de televisión durante 15 años encuentre divertida la muerte de un soldado que se preparaba para conmemorar una fecha Patria en su segundo siglo aniversario, y de paso lamente que ese soldado no fuera el Presidente de la República?

¿Se toleraría esto en otros países? ¿El director general de un canal le parece divertida la muerte de un compatriota que falleció mientras ensayaba para conmemorar 200 años de libertad? ¿Además desea la muerte del Jefe de Estado en público? ¿Qué podemos esperar de su línea editorial? ¿Y del impacto que tiene en la población alguien con un alma tan putrefacta?

Ahora se pueden hacer una idea de la serie de personas que dirigen la opinión de buena parte de la oposición venezolana. No importa que Alberto Federico Ravell ya no sea director de Globovisión. Sus 15 años al frente de ese canal han creado cientos de miles de mentes retorcidas y corazones ausentes en Venezuela.

En el mundo y en este país hay gente odiosa. Mezquina. Moralmente hueca. Pero cuando esta gente, además de repulsiva desde el punto de vista humano, dirige canales de televisión, se vuelve mortalmente peligrosa.

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