Hay días en que uno sólo observa corrupción, ineficacia, decisiones mal tomadas, declaraciones fuera de lugar, etc., y se desanima. Uno no pierde la perspectiva de que la mayoría de la gente que lucha por este proceso lo hace porque cree en él y cree en Venezuela, no por conseguirse un 'puestico' o sacar tajada de algún guiso, pero aún así, escuchar a personas cercanas que creen (en algunos casos creían) en la Revolución hablar de manera pesimista y derrotista por todos esos errores internos, descorazona y desanima a cualquiera.
Y entonces ocurre algo de lo que no me siento orgulloso y que sé que no está bien, pero qué quieren que les diga: soy humano. Uno enciende el televisor, sintoniza Globovisión y después de sólo diez minutos de información sesgada, manipulación, falta de escrúpulos, banda sonora histerizante y movimientos epilépticos de cámara, uno mágicamente olvida todo lo malo de este gobierno. Uno se da cuenta que ahora mismo, con una oposición mayoritariamente mediatizada e irracional, el único proyecto de país que merece la pena apoyar es este proceso. ¡Ojo! No a como dé lugar: apoyarlo desde la crítica, desde el debate, no repitiendo fórmulas mágicas de fidelidad ciega. Apoyarlo para cambiar lo malo, sin perder lo bueno.
Y como sé que apoyar a algo porque la otra alternativa es peor es una actitud mediocre, voy cambiando de canales, y cuando veo a las comunidades entusiasmadas por la voz y voto que adquirieron en estos años, cuando veo a personas humildes con un lenguaje y conciencia social y política casi imposible de encontrar en otras latitudes de Latinoamérica, cuando escucho en la calle a la gente hablando de Gramsci y no de Miss Venezuela, me doy cuenta de que recuperé del todo la Fe, y me voy a dormir feliz.
Feliz, pero consciente de que mañana hay que levantarse temprano y trabajar por la Venezuela que todos queremos. Todavía falta mucho por hacer.
martes, septiembre 25, 2007
jueves, septiembre 06, 2007
Por qué prefiero una consulta abierta, y por qué lo prefiere la oposición
Me pongo a meditar sobre la propuesta de Reforma y no dejo de darle vueltas al asunto de su aprobación por bloque. Cuando publiqué un artículo al respecto, hace un par de semanas, ignoraba un par de detalles legales al respecto: inicialmente la propuesta se votará como lo decida el promotor de la misma, es decir, en bloque o desglosada. No lo digo yo, no lo dice Chávez, no lo dice la oposición: lo dice la Ley y guste a algunos más, a otros menos, Venezuela se rige por la Constitución del 99, aprobada en referendo consultivo con más del 70% de aprobación. Chávez decidió, al presentar la propuesta, que fuera votada en bloque: es su propuesta y como propuesta suya que es, la presenta como prefiera, y después los venezolanos la juzgan, aprobándola o rechazándola.
Ahora bien, ese "inicialmente" no es definitivo, hay posibles excepciones. Por ejemplo, si la Asamblea Nacional en sus discusiones así lo decidiera -con un tercio de sus miembros- esa consulta bien pudiera ser abierta, es decir, desglosada y no en bloque. En lugar de 'lo apruebo todo/no apruebo nada', se abriría la interesante oportunidad de 'apruebo esto/no apruebo lo otro'. Ojo, como bien se ha explicado, en ningún caso la votación se podría hacer artículo por por artículo. ¿Por qué? Porque eso no está recogido en la Constitución, por tanto sería anticonstitucional. Fin del asunto. Lo que sí se puede es agrupar esta propuesta en 'bloquecitos', hasta un tercio de los artículos sujetos a modificación lo que pudiera dar lugar, en este caso, a once grupitos máximo, y votar estos grupitos. ¿Cuáles son las ventajas de esto, desde mi óptica revolucionaria? ¡Muchas! ¡Por eso lo defiendo!
a) Sería, simple y llanamente, una consulta más democrática, como expuse en el artículo mencionado. ¡Pero cuidado! El que no se hiciera así no quiere decir, bajo ningún concepto, que entonces no sería democrático. Ése es el argumento al que muchos opositores se agarran en su desespero y delirio habitual. Votar en bloque sería democrático, sin duda; pero menos, por los motivos que expuse en ese texto. Además, con todas las consultas, debates y modos de hacerla llegar a cada rincón de Venezuela para que todos la conozcan (hoy me la dieron por la calle casi con la misma naturalidad que se da un tríptico donde se anuncia una academia para estudiar inglés), en bloque o desglosada, siempre será infinitamente más democrática que, por ejemplo, las votaciones sobre la Constitución Europea que se hicieron hace unos años en el Viejo Continente, donde casi nadie recuerda ni si votó, ni qué votó ni por qué.
b) Las excusas para no votar serían casi anuladas. Confieso que me preocupa que varias personas que apoyan este proceso me hayan dicho que si se hace en bloque no votarán, porque hay algunas cosas con las que no están de acuerdo, y con otras sí, pero no les gusta la idea del 'paquete'. No puedo extrapolar tres o cuatro casos que me haya topado a toda la población, pero no creo que sea yo el único que ha escuchado estas opiniones. Los que lean esto sabrán si también han escuchado afirmaciones en ese sentido. No olvidemos que una baja participación sería un duro golpe a esta consulta, peor que -supongamos- la no aprobación de un porcentaje pequeño de esos artículos, que es a lo que aspira la oposición para entonces hablar de 'fracaso' y poder salir a su feudo de cuatro calles para cantar 'y va a caer, y va a caer' ante la mirada atónita de desprevenidos transeúntes.
c) La oposición, de ser aprobada la votación desglosada, tendría que cambiar de argumento de manera inmediata, ya que han hecho de este tema su actual (¿única?) bandera, y empezaría otra vez con que si el CNE, que si el satélite árabe, que si la CANTV y sus cables submarinos a Cuba, que si los funcionarios que votan con "miedo" (miedo creado por las televisiones privadas, por cierto), etc. asegurando infinitos momentos de diversión al encender Globovisión.
d) Supongamos que se agrupara el referendo en cinco grupos... ¡sería como ganarle cinco veces a la oposición! No dudo que la propuesta será aprobada por la mayoría de venezolanos tanto en bloque como artículos, y si me permiten una analogía algo trivial, yo personalmente prefiero que ganemos este 'partido' con un 5-0 de jogo bonito que con un italiano 1-0. ¿Ustedes no? El resultado sería más claro y más contundente, y lo que es más importante, expresaría con mayor exactitud lo que los venezolanos y venezolanas desean.
Si la consulta abierta es tan ventajosa y democrática... ¿entonces por qué la oposición, que no se ha distinguido en estos años por sus convicciones democráticas, la apoya? Muy sencillo, porque siguen su sutil, pleno de matices y minuciosamente elaborado plan infalible opositor:
"Hacer todo lo contrario de lo que diga o proponga el gobierno".
No me gusta generalizar, no me refiero a tooooda la oposición, pero un segmento nada despreciable de ellos lleva ese motto o mantra adherido a la piel desde 1999. Les aseguro que si la propuesta del presidente hubiera sido inicialmente una votación abierta, habrían pedido una Asamblea Constituyente; si la propuesta hubiera sido una Asamblea Constituyente, habrían solicitado un referendo revocatorio; si la propuesta hubiera sido un revocatorio, habrían solicitado la pena capital para todos los miembros del gobierno, y así se lo pensarían quizá, etc.
Si tanto les importa la opción de votar por separado, eso sin duda debería ser motivado porque están de acuerdo con algunas propuestas, y con otras no, porque si no... ¿a qué viene esa repentina inquietud? Pero ése no es, salvo excepciones, el caso. ¿Alguien ha visto a algún opositor en TV diciendo, por ejemplo, que se muere de ganas de que se apruebe el artículo 100 (que reconoce la diversidad cultural indígena, europea y afrodescendiente de Venezuela) pero que no le convence el 115 (que define nuevos conceptos de propiedad, además de la estatal y la privada)? No, porque la mayoría de opositores quiere que el referendo se haga de manera desglosada para después ir y votar a todo que no. ¿Tiene sentido la lloradera de pedir un derecho que no piensan ejercer? No, obvio que no, pero se llega a estos absurdos cuando se abusa de la dosis globovisiva diaria.
Por eso es que alguno de ellos ya está pensando si participar o solicitar a sus (escasos) seguidores que no acudan a las urnas, otros se dedican a interrumpir actos y reuniones a gritos (haciendo gala de su particular manera de entender la democracia, siempre con las cámaras de Globovisión presentes) y los más disociados reparten por correo electrónico una absurda falsificación de la propuesta, que ni un lactante ebrio se creería.
A esos dizque 'representantes' (insisto: no todos) no les importa si es más, menos, o igual de democrático lo uno que lo otro: lo que les interesa es desprestigiar, desvalorizar e intentar ensuciar la propuesta, ya que el argumento que tenían preparado -algo similar a que el marxismo-leninismo sería religión de obligada adoración- nunca se cumplió más que en el guión de algunos comunicadores sociales sin escrúpulos.
Lo que no impide que yo siga pensando que la opción de votación abierta es más justa, so pena de tener que -qué horror- coincidir con Leopoldo Castillo en algo.
Afortunadamente me niego a caer en la estrategia de defender a juro lo contrario de lo que el rival político proponga, sea esto lo que sea, como por desgracia muchos hacen en este país, de lado y lado.
Ahora bien, ese "inicialmente" no es definitivo, hay posibles excepciones. Por ejemplo, si la Asamblea Nacional en sus discusiones así lo decidiera -con un tercio de sus miembros- esa consulta bien pudiera ser abierta, es decir, desglosada y no en bloque. En lugar de 'lo apruebo todo/no apruebo nada', se abriría la interesante oportunidad de 'apruebo esto/no apruebo lo otro'. Ojo, como bien se ha explicado, en ningún caso la votación se podría hacer artículo por por artículo. ¿Por qué? Porque eso no está recogido en la Constitución, por tanto sería anticonstitucional. Fin del asunto. Lo que sí se puede es agrupar esta propuesta en 'bloquecitos', hasta un tercio de los artículos sujetos a modificación lo que pudiera dar lugar, en este caso, a once grupitos máximo, y votar estos grupitos. ¿Cuáles son las ventajas de esto, desde mi óptica revolucionaria? ¡Muchas! ¡Por eso lo defiendo!
a) Sería, simple y llanamente, una consulta más democrática, como expuse en el artículo mencionado. ¡Pero cuidado! El que no se hiciera así no quiere decir, bajo ningún concepto, que entonces no sería democrático. Ése es el argumento al que muchos opositores se agarran en su desespero y delirio habitual. Votar en bloque sería democrático, sin duda; pero menos, por los motivos que expuse en ese texto. Además, con todas las consultas, debates y modos de hacerla llegar a cada rincón de Venezuela para que todos la conozcan (hoy me la dieron por la calle casi con la misma naturalidad que se da un tríptico donde se anuncia una academia para estudiar inglés), en bloque o desglosada, siempre será infinitamente más democrática que, por ejemplo, las votaciones sobre la Constitución Europea que se hicieron hace unos años en el Viejo Continente, donde casi nadie recuerda ni si votó, ni qué votó ni por qué.
b) Las excusas para no votar serían casi anuladas. Confieso que me preocupa que varias personas que apoyan este proceso me hayan dicho que si se hace en bloque no votarán, porque hay algunas cosas con las que no están de acuerdo, y con otras sí, pero no les gusta la idea del 'paquete'. No puedo extrapolar tres o cuatro casos que me haya topado a toda la población, pero no creo que sea yo el único que ha escuchado estas opiniones. Los que lean esto sabrán si también han escuchado afirmaciones en ese sentido. No olvidemos que una baja participación sería un duro golpe a esta consulta, peor que -supongamos- la no aprobación de un porcentaje pequeño de esos artículos, que es a lo que aspira la oposición para entonces hablar de 'fracaso' y poder salir a su feudo de cuatro calles para cantar 'y va a caer, y va a caer' ante la mirada atónita de desprevenidos transeúntes.
c) La oposición, de ser aprobada la votación desglosada, tendría que cambiar de argumento de manera inmediata, ya que han hecho de este tema su actual (¿única?) bandera, y empezaría otra vez con que si el CNE, que si el satélite árabe, que si la CANTV y sus cables submarinos a Cuba, que si los funcionarios que votan con "miedo" (miedo creado por las televisiones privadas, por cierto), etc. asegurando infinitos momentos de diversión al encender Globovisión.
d) Supongamos que se agrupara el referendo en cinco grupos... ¡sería como ganarle cinco veces a la oposición! No dudo que la propuesta será aprobada por la mayoría de venezolanos tanto en bloque como artículos, y si me permiten una analogía algo trivial, yo personalmente prefiero que ganemos este 'partido' con un 5-0 de jogo bonito que con un italiano 1-0. ¿Ustedes no? El resultado sería más claro y más contundente, y lo que es más importante, expresaría con mayor exactitud lo que los venezolanos y venezolanas desean.
Si la consulta abierta es tan ventajosa y democrática... ¿entonces por qué la oposición, que no se ha distinguido en estos años por sus convicciones democráticas, la apoya? Muy sencillo, porque siguen su sutil, pleno de matices y minuciosamente elaborado plan infalible opositor:
"Hacer todo lo contrario de lo que diga o proponga el gobierno".
No me gusta generalizar, no me refiero a tooooda la oposición, pero un segmento nada despreciable de ellos lleva ese motto o mantra adherido a la piel desde 1999. Les aseguro que si la propuesta del presidente hubiera sido inicialmente una votación abierta, habrían pedido una Asamblea Constituyente; si la propuesta hubiera sido una Asamblea Constituyente, habrían solicitado un referendo revocatorio; si la propuesta hubiera sido un revocatorio, habrían solicitado la pena capital para todos los miembros del gobierno, y así se lo pensarían quizá, etc.
Si tanto les importa la opción de votar por separado, eso sin duda debería ser motivado porque están de acuerdo con algunas propuestas, y con otras no, porque si no... ¿a qué viene esa repentina inquietud? Pero ése no es, salvo excepciones, el caso. ¿Alguien ha visto a algún opositor en TV diciendo, por ejemplo, que se muere de ganas de que se apruebe el artículo 100 (que reconoce la diversidad cultural indígena, europea y afrodescendiente de Venezuela) pero que no le convence el 115 (que define nuevos conceptos de propiedad, además de la estatal y la privada)? No, porque la mayoría de opositores quiere que el referendo se haga de manera desglosada para después ir y votar a todo que no. ¿Tiene sentido la lloradera de pedir un derecho que no piensan ejercer? No, obvio que no, pero se llega a estos absurdos cuando se abusa de la dosis globovisiva diaria.
Por eso es que alguno de ellos ya está pensando si participar o solicitar a sus (escasos) seguidores que no acudan a las urnas, otros se dedican a interrumpir actos y reuniones a gritos (haciendo gala de su particular manera de entender la democracia, siempre con las cámaras de Globovisión presentes) y los más disociados reparten por correo electrónico una absurda falsificación de la propuesta, que ni un lactante ebrio se creería.
A esos dizque 'representantes' (insisto: no todos) no les importa si es más, menos, o igual de democrático lo uno que lo otro: lo que les interesa es desprestigiar, desvalorizar e intentar ensuciar la propuesta, ya que el argumento que tenían preparado -algo similar a que el marxismo-leninismo sería religión de obligada adoración- nunca se cumplió más que en el guión de algunos comunicadores sociales sin escrúpulos.
Lo que no impide que yo siga pensando que la opción de votación abierta es más justa, so pena de tener que -qué horror- coincidir con Leopoldo Castillo en algo.
Afortunadamente me niego a caer en la estrategia de defender a juro lo contrario de lo que el rival político proponga, sea esto lo que sea, como por desgracia muchos hacen en este país, de lado y lado.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)