lunes, agosto 28, 2006

Carlos Castaño y sus virtudes, según El Mundo

El escritor estadounidense Ambrose Bierce afirmaba jocosamente que "las virtudes adquiridas con la muerte tienen un efecto retroactivo". Es decir, que como cuando alguien muere está feo hablar mal de esa persona, se llega al extremo de describir al fallecido con adjetivos y piropos que, desde luego, nunca lo caracterizaron. Eso mismo debió de pensar el periódico español El Mundo, a la hora de publicar el obituario de Carlos Castaño, siniestrísimo líder y asesino supremo de la organización paramilitar colombiana AUC (Autodefensas Unidas de Colombia), responsable, según diversas organizaciones, del 60-70% de los asesinatos que se cometen en el país. Para el conocido diario ("Líder mundial en castellano" en Internet, según afirman) este tipo de datos son superfluos y carentes de interés. El obituario del sádico cabecilla no tiene desperdicio. Como no quiero pecar de subjetivo, me he molestado en contar los aspectos positivos que se enumeran, y los negativos. No se puede ser más imparcial, los números hablan por sí solos. Juzguen ustedes mismos:
ASPECTOS NEGATIVOS: 1- Califica a Castaño como "el hombre que había iniciado el grupo armado para combatir a la guerrilla con sus mismos métodos sanguinarios". Algo condescendiente el párrafo -se cuidan, como hacen los niños en la guardería, de aclarar que los guerrilleros habían empezado primero, afirmación por otro lado simplista, cuando no falsa- pero al menos lo de los "métodos sanguinarios" le sienta como un guante. 2- Cierra el artículo comentando que en su autobiografía "admitía buena parte de sus muchos crímenes". Ni una sóla mención más, ni uno sólo de esos crímenes desglosados (¿nos imaginamos un eventual obituario de Osama Bin Laden que no nombrara el 11 de septiembre?). Un par de frases negativas y, en mi opinión, bastante suaves. TOTAL: 2.
ASPECTOS POSITIVOS: 1- Expone la teoría de que fue asesinado porque quería que las AUC dejaran de traficar con cocaína, a lo que otros paramilitares narcos -valga la redundancia- se oponían radicalmente, por lo que ordenaron su ejecución (casi convierten a Castaño en un hombre de principios con esa afirmación). 2- Reduce todas las masacres que cometió o mandó cometer a sus "ansias de venganza" porque la guerrilla había asesinado a su padre (poco menos que lo justifica al pobrecito). Y el párrafo final da rienda suelta a la velada admiración de la redacción de obituarios por el paraco caído (nada raro por otro lado, supongo que la cosa queda entre especialistas en muertos, y especialistas en matar), presentando una tetralogía de virtudes: "Hombre inteligente (3), líder natural (4), poseía una aguda intuición política (5) y una gran capacidad para conectar con las preocupaciones de las clases medias y altas del campo colombiano (6)". ¡Digno de admirar, el angelito! TOTAL: 6.
No sé si el texto permanecerá tal como está ahora en la página de internet del rotativo, o si los responsables de redacción tendrán algo de sensatez y escribirán algo más a la altura -es un decir- del infame personaje. El enlace, por si dudan de mi objetividad, es:
Yo, con ese texto y de haber sido -Dios no lo quiera nunca- jefe de redacción de un periódico como ése, habría titulado el obituario algo así como "Carlos Castaño: el hombre de las seis virtudes y los dos defectos". ¿Para qué andarse con sutilezas?

jueves, agosto 10, 2006

Nos Vimos en Berlín

Cuando yo estaba en plena adolescencia, un amigo me hizo escuchar un tema en sus walk-man. Por aquel entonces mi formación política y musical estaba en estado casi fetal y -a Dios doy gracias- fui rodeado de las influencias correctas (otros dirán lo contrario). Resulta que la canción que sonó -o atronó- me pareció en mi ignorancia obra de unos Neonazis. Claro, la adjetivación final puede llevar a esa conclusión precipitada. Algo que los autores del tema, la formación alavesa Soziedad Alkoholika, se molestan en aclarar a quien quiera escucharles: 'Nuestro ataque en esta canción va dirigido exclusivamente a los opresores del pueblo palestino'. Criticar las políticas asesinas del Estado de Israel no es ser antisemita, del mismo modo que criticar al Tercer Reich Hitleriano no era sinónimo de germanofobia. Y ha sido "gracias" a las recientes -que no nuevas- noticias provenientes de Oriente Medio, que esta grandísima canción ha vuelto a mi memoria, y he querido compartirla con todo aquel que lea estas líneas. En tres sencillos estribillos, o actos, resume lo que algunos autores no son capaces de expresar en ensayos de cientos de páginas de extensión. Un ejercicio brillante que marca la trayectoria de cualquier músico. El tema, que puede descargarse gratuitamente en la web de la banda, www.soziedadalkoholika.com, se titula Nos Vimos en Berlín, y dice como sigue:

¡Qué vueltas da la vida!
Pero ¿qué haces tú aquí?
¿Es que ya no te acuerdas?
Nos vimos en Berlín.
Fue una madrugada
de aquel invierno hostil,
en una mazmorra,
a punto de morir.
No sabes si llorabas,
de rabia o de dolor,
yo vi caer tus lágrimas
entre sangre y sudor.

Fue sólo ayer cuando el nazi disparó en tu sien,
sólo ayer, el campo de concentración,
sí, fue sólo ayer, tortura y persecución,
fue sólo ayer, suplicando de rodillas tu perdón.

¿Ahora quién,
quién es el asesino?
¿Ahora quién,
quién mata sin razón?
¿Ahora quién,
utiliza las torturas?
Ahora tú: ¡Judío cabrón!

Esta canción tiene quince años, y sigue vigente... ¿por cuánto tiempo más?