martes, marzo 27, 2007

Sin conocimientos, pero con opinión

Ciertamente la figura de Hugo Chávez despierta pasiones descontroladas.

En España, donde me encuentro en estas semanas, quien más quien menos tiene al respecto una opinión "formada". La mayoría de la gente titubearía -por desconocimiento confeso- a la hora de hablar de Álvaro Uribe, Felipe Calderón o Alan García, expresaría opiniones tibias a favor o en contra sobre Kirchner o Lula, pero sobre Chávez todo el mundo parece tener algo que decir y lo suelen decir con una arrogancia proporcional a la desinformación que mayoritariamente se padece en este (y en el otro) lado del charco.

"Dictador", "comunista", "populista", "factor desestabilizador", "tirano", "militarista" y epítetos similares son normales en boca de ciudadanos europeos con carreras universitarias y formación cultural medio-alta. En cierto modo no dejan de ser opiniones, que desde luego no comparto, pero tendrían algo más de peso si vinieran acompañadas de un mínimo de conocimiento sobre lo que es y ha sido Venezuela.

Términos como "caracazo", "cuarta república", "disociación", "golpe mediático", "sabotaje petrolero", "globovisión", "misiones" son en la mayoría de los casos total y completamente nuevos para muchas personas con una cultura informativa supuestamente alta. Personas que no se abstienen de opinar con seguridad sobre el tema, y cuyos ojos se abren asombrados cuando los escuchan por primera vez. ¿Su reacción? Generalmente incredulidad, o bien una tierna mirada hacia el interlocutor (en este caso yo): "pobrecito, le han lavado el cerebro". Curiosamente no pretendo que les guste ese gobierno ni que acaben gritando "Uh ah Chávez no se va" en lo alto de la Torre Eiffel o el Big Ben, si no simplemente les cuento algunos aspectos que sus televisiones y periódicos les ocultan o disfrazan sistemáticamente.

Por otro lado, las opiniones positivas, que también las hay (aunque menos) también tienen un profundo cariz de desinformación, o por lo menos de simpleza. Mucha gente simpatiza instintivamente con el gobierno bolivariano, porque tuvo ocasión de ver los 'poemas' que le dedica Chávez a Bush, pero no conocen casi nada más de la realidad venezolana. Es decir, simpatizan simplemente porque Chávez se opone a Bush, pero saben de Venezuela aproximadamente lo mismo que los que critican su gobierno.

No pretendo decir que los europeos debieran saber más, ni insinuar que son unos incultos; no en vano, los conocimientos de un venezolano medio sobre política española o europea tampoco es que sean espectaculares, pero lo que llama la atención es que probablemente un venezolano expresaría opiniones sobre un país europeo con cierta cautela, consciente de esa falta de conocimiento. En Europa, de momento y en la mayoría de los casos, todo el mundo tiene una opinión clara y rotunda sobre Venezuela, aún siendo sus fuentes televisiones y periódicos europeos y uno o dos inmigrantes venezolanos que puedan conocer. Opinión parecida se tiene de Evo Morales, con el mismo -si no inferior- nivel de conocimiento.

Evidentemente es una opinión formada, sí: formada por los medios de comunicación masivos europeos, que contagian su punto de vista y su línea editorial a sus espectadores. Probablemente con más y mejor información algunos cambiarían de opinión, otros suavizarían sus posturas, y otros seguirían criticando el proceso venezolano, pero todos lo harían con un poquito más de sensatez y argumentos, sin limitarse a repetir "lo que dijeron en la tele".

Pero eso sería, como diría el filósofo Manuel Rosales (frase que me estoy encargando de propagar por el Viejo Continente, para enriquecer la cultura y habla locales), "pedir peras al horno". Porque desde hace ya muchos años, los medios de comunicación masivos tienen como único objetivo formar una opinión predeterminada en sus espectadores, en lugar de brindarles el conocimiento necesario para que opinen con base y por sí mismos.

miércoles, marzo 21, 2007

El marido es el último en enterarse

Estoy fuera de Venezuela por espacio de unas cuantas semanas. Revisando mi correo-e me encuentro con varias personas que me comentan que descubrieron el blog gracias al programa de VTV "La Hojilla", conducido por Mario Silva, y/o que vieron allí alguno(s) de los videos que hice con la inestimable colaboración de Veru y Caro, y Dani en el último. Como dice la sabiduría popular, el marido es siempre el último en enterarse.

¡Las pesadillas, otra vez en Televisión, y yo a miles de kilómetros, me pierdo tan magno evento!

Bueno, a los fieles visitantes de mi blog (que a raíz de esa transmisión televisiva se multiplicaron puntualmente por siete) sólo les pediré que me cuenten cómo fue el programa, y si alguno/a lo grabó, por favor que lo conserve para que yo pueda verlo a mi regreso. ¿Qué videos pasaron? ¿Uno o varios? ¿Cuáles en concreto? ¿Debido a qué? ¿Van a transmitir más? ¿Se lanzó finalmente la tan necesaria Misión Blog Adentro? ¿Serían Los Robertos quienes facilitaron el DVD al equipo de producción de "La Hojilla"? ¿O la apreciada camarada Yosmary, que se ha convertido casi que en mi representante/manager en el mundo de los blogs?

Simples curiosidades de un bloguero que disfruta de corazón que, gracias al copyleft, sus inquietudes mentales sean tan bien consideradas y extendidas. Gracias, muchas gracias a todos los que lo hacen posible, a 'mis' actrices Veru y Caro sobre todo, y ya saben todos los comunicadores sociales de este país: estos trabajos están a la orden de quien quiera darles salida en sus medios, ya sean nacionales, estadales o comunitarios.

lunes, marzo 12, 2007

(VIDEO) Pesadillas Disociadas III: Tecnología Castrocomunista

En esta tercera pesadilla el tema a tratar son las fantasías tecnológicas que aterrorizan a más de un disociado. Además, deseando que sirva de precedente, y como ayuda a la descentralización, en esta ocasión la acción se ha trasladado fuera de Caracas: bienvenidos a Maracaibo.

Un evento nimio y sin importancia desemboca en resultados devastadores, por culpa de la perversa influencia mediática.

¡Que lo disfruten!

miércoles, marzo 07, 2007

¡Además de monstruos... cobardes!

Una de las particularidades de un segmento de la oposición consiste en su capacidad para imaginar cosas monstruosas del gobierno bolivariano. Muchos de ellos llevan más de ocho años convencidos de que les robarán a los chamos, les pintarán las puertas de sus casas con la palabra "opositor" y marcarán sus brazos para identificarlos, los fusilarán sin juicio, etc. Claro, el tiempo pasa y ninguna de sus apocalípticas predicciones se cumple, generando confusión y desorientación en sus imaginativas mentes.

Muchas veces argumentan como si estuvieran frustrados y desilusionados con el proceso que lleva adelante Venezuela, no por las monstruosidades y asesinatos en masa que se supone lleva a cabo, sino precisamente porque no lo hace. Se obstinan porque el gobierno no se muestra tan monstruoso y degenerado como les cuentan en televisión. "¿Por qué no pasa lo que está pasando?" parecen preguntarse a sí mismos, desafiando todas las leyes de la lógica y hasta de la gramática.

Por ejemplo, si sale el tema de la no renovación de RCTV al debate, argumentarán acalorados que por qué entonces el gobierno no cierra a sangre y fuego Venevisión y Televen y Globovisión y prohíbe el cable, y etcétera. Uno les replica "No entiendo, ¿así estarías más contento?" y la respuesta desarma cualquier intento de seguir razonando: "Sí, estaría más contento" (este diálogo es verídico, lo crean o no me sucedió, y quedé tan desconcertado que no me quedó más remedio que cambiar de tema para recuperarme del shock).

Un ser humano razonable lo primero que se plantearía en estas circunstancias -después de ocho años de visiones agoreras que nunca se cumplen- sería "bueno, quizá es que este gobierno, aunque siga sin gustarme, no es la gárgola comeniños que me enseñan en televisión. Puedo estar muy en desacuerdo con sus políticas, pero a lo mejor la comparación con Hitler, Stalin o Pol Pot es un disparate".

Sin embargo, no se decantan por esa opción, no se inclinan por una oposición razonada -oposición que por supuesto tiene motivos (y necesidad) de desarrollarse, por el bien de Venezuela- si no que se arrechan aún más con el gobierno, piensan que sigue siendo monstruoso, sí, pero lo que ocurre es que no tiene valor de llevar adelante sus políticas devastadoras. El gobierno bolivariano, según ellos, es una especie de Atila pero en versión 'tímida', que quiere arrasar todo el pasto bajo sus pies, pero le faltan agallas para hacerlo. Y es entonces cuando estas personas se ofuscan y, mientras palpan sus bolsillos en busca de un Valium, exclaman para sí mismas:

"¡Además de monstruos... cobardes!"

sábado, marzo 03, 2007

¡Cuidado con los cántaros!

Algunas personas que dicen apoyar al proceso bolivariano parecen haber encontrado el mantra ideal para que no se dude de su "compromiso", "fidelidad" y "carácter" revolucionario. Dicho mantra -palabras sagradas que se repiten una y otra vez, en religiones como el hinduismo y el budismo- en Venezuela consiste en gritar, lo más duro posible, que se está de manera absoluta y completa con la Revolución, y que la obediencia a Chávez es total.

Está muy bien la fidelidad, está muy bien el amor a la Revolución, pero... ¿para qué lo repiten tanto? ¿Para qué lo gritan tan duro? ¿Por qué lo aúllan aunque nadie les pregunte? Dime de qué presumes y te diré de qué careces...

Estas personas han aprendido -porque los demás se lo hemos tolerado- que apenas importa que tengan o no ideas o pensamientos propios que aportar al país, que poco importa si creen o no en las transformaciones que está viviendo Venezuela, que nada importa si son o no unos hipócritas oportunistas. Se han dado cuenta de que mientras más duro griten promesas de obediencia irrestricta o declaraciones de compromiso revolucionario, nadie se fijará en sus obras. Y todos sabemos aquello de "por sus obras los conocerán". Algunos vociferan para ocultar con alaridos los buenos actos que no hicieron... o los malos que sí hicieron.

Estas son las personas que siempre caen de pie, que están a bien con Chávez, con AD, con COPEI o con quien sea, según soplen los vientos políticos.

Estas son las personas que, ante una crítica interna al proceso o cuando no tienen argumentos, cortan la conversación a voz en cuello, jurando fidelidad a la Revolución y al Comandante Chávez.

Estas son las personas que, en caso de que hubiera un golpe o se tumbara el gobierno, serían las primeras en lloriquear, colaborar y acusar, para no sufrir represalias del nuevo orden impuesto.

Estas personas las encontramos a todos los niveles: en el pueblo, en los medios de comunicación, en las alcaldías, o en otros puestos de responsabilidad que los venezolanos y venezolanas les otorgaron.

Hay que atajar a estas personas. Decirles que no griten tan duro, que se calmen y que argumenten, que el socialismo se construye dialogando, aportando, criticando, buscando áreas de encuentro, limando desencuentros...

El socialismo es un debate de ideas, no de decibelios.

No nos fiemos de quienes hacen política con las cuerdas vocales. No olvidemos que, como decía Rabindranath Tagore, "el cántaro hueco es el que más suena".