miércoles, agosto 29, 2007

Yugoslavia y Venezuela: mirar al pasado para construir el futuro


Por motivos familiares, casi desde mi nacimiento tuve presente a aquel ex-país llamado Yugoslavia. Hace un tiempo he venido notando que, en no pocos aspectos, positivos y negativos, se pueden comparar los procesos que vivieron la República Federal Socialista de Yugoslavia, en los años de Tito, con los que vive la República Bolivariana de Venezuela, desde la llegada de Hugo Chávez al poder. Con este artículo, pretendo comparar los puntos de encuentro entre ambos, junto con sus diferencias y errores. En lo bueno y en lo malo, la experiencia socialista yugoslava puede ayudar a la construcción del socialismo en Venezuela.

a) Llegada al poder. Josip Broz, más conocido como "Tito", llegó al poder en 1944, encabezando la resistencia antifascista frente a la invasión nazi. La nueva Yugoslavia socialista que nacía, en contraposición a la vieja Yugoslavia monárquica y colaboracionista que moría, fue el primer país en vencer al Tercer Reich nazi en el campo de batalla de la Segunda Guerra Mundial. Los partisanos comandados por el Mariscal Tito se hicieron con el poder e instauraron un gobierno comunista en la federación de repúblicas.

Por su parte, Chávez llegó al poder por las urnas, en 1998. La nueva Venezuela verdaderamente soberana que nacía, frente a la Venezolana bipartidista y colonial que moría, fue el primer país que empezó a rebelarse contra el neoliberalismo imperante a nivel mundial desde el colapso de la URSS y del bloque del Este europeo, Yugoslavia incluida. Tras unos primeros años titubeantes, en los que Chávez buscó la llamada "Tercera Vía" entre capitalismo y socialismo, desde comienzos del 2007, el país se enrumbó hacia el socialismo.

b) Carisma. La personalidad del líder yugoslavo, nacido en 1892, fue en muchos momentos el elemento que aglutinó todas las diferencias políticas y nacionales que pudiera haber dentro del Estado yugoslavo, en el que convivían diferentes etnias (serbios, croatas, montenegrinos, bosnios, eslovenos, albaneses, húngaros, gitanos...) y religiones (cristianos -ortodoxos y católicos- musulmanes y judíos... los pocos judíos que no masacraron los nazis y su títere, la fascista ustacha, con el campo de concentración de Jasenovac -foto- como triste récord). Los discursos de Tito eran famosos por su duración y apasionamiento. Su popularidad entre los yugoslavos fue enorme durante todo su mandato: tanta como el odio que le profesaban sus adversarios, una minoría.

Pocos dudan de la popularidad de Chávez en Venezuela. Bueno, pocos que sean razonables: irracionales dudan muchos. Su carisma es enorme, y aunque no es el único sustento de su éxito, como aseguran muchos de sus críticos, nadie puede negar la tremenda importancia que tiene la personalidad del presidente venezolano como base de la revolución bolivariana. Cómo no mencionar sus discursos, por los que es tan famoso. Asimismo, sus adversarios lo odian con la misma intensidad con la que una minoría de yugoslavos odiaba a Tito.

c) Gobierno. Las primeras elecciones tras el final de la guerra fueron ganadas de manera aplastante por los comunistas, instaurándose entonces un sistema de gobierno de partido único. No obstante, Yugoslavia era el país socialista europeo con mayores libertades políticas, dentro de sus limitaciones. Tito fue nombrado "presidente vitalicio" por el parlamento, cargo que desempeñó hasta su fallecimiento, en 1980.

Chávez ha sido refrendado once veces en las urnas, entre elecciones, legitimaciones, referendos y otros. En Venezuela hay diversidad de partidos, dentro de un sistema multipartidista que camina hacia el socialismo. Mientras que la figura de Tito, a pesar de su enorme popularidad mientras gobernó, puede calificarse -aunque es discutible por consideraciones que no vienen al caso- como la de "dictador", en el sentido de que no había elecciones y los medios de comunicación de oposición no existían, el caso de Chávez es totalmente distinto, pues su legitimidad ha sido probada en multitud de procesos electorales, siendo uno de los mandatarios que más consultas populares ha superado en tan corto período de tiempo. En Venezuela no hay ningún partido político prohibido, y los medios de comunicación de oposición pueden decir (y Dios sabe que hacen uso de ese derecho continuamente) lo que quieran y como quieran.

d) Antiimperialismo. El líder yugoslavo tuvo problemas con Stalin desde el principio. Una vez comenzada la Guerra Fría, la enemistad fue total. Como señaló en un programa de ViVe el especialista cubano Francisco Brown, el socialismo en casi todos los países del Este europeo fue impuesto o tutelado por la URSS. El caso de Yugoslavia fue distinto, y nació de las luchas populares resultantes de la invasión nazi. Yugoslavia fue políticamente un enemigo acérrimo del estalinismo, aunque tristemente en casos puntuales -como el de Milovan Djilas (en la foto, a la derecha de Tito, que está en el centro)- incurrió en prácticas similares. Yugoslavia se las arregló para sobrevivir sin acabar como colonia de la URSS por un lado, ni de los EEUU, por el otro. El antiimperialismo del Mariscal yugoslavo fue total: contra todo Imperio, fuera del signo que fuera.

Hugo Chávez y la República Bolivariana de Venezuela pertenecen a un contexto posterior al de la guerra fría (algo que a algunos les cuesta mucho entender). En la actualidad no cabe hablar de dos imperios, puesto que sólo existe uno: los Estados Unidos de Norteamérica. A pesar de esto, tanto Chávez como Tito se unen ideológicamente alrededor de dos conceptos muy parecidos: la "no-alineación" o la "multipolaridad", respectivamente.

e) No alineados y/o multipolaridad. En los años sesenta, Tito, junto con otros líderes mundiales como Nasser o Nehru, creó el "Movimiento de Países no alineados", es decir, la unión de los países que se negaban a servir ciegamente a los intereses de EEUU o URSS. Dicha organización todavía existe, y llama la atención que toda África -menos Mauritania- sea miembro de la misma. En total, 117 de los 193 países del mundo (seis de cada diez) lo son. El pasado septiembre se celebró la XIV cumbre en La Habana, Cuba.

El gobierno venezolano, en su búsqueda de alternativas al mundo unipolar que subordina los países a los intereses de un Imperio, el estadounidense, busca unas relaciones entre estados basados en la multipolaridad. Al igual que Tito, Chávez no tiene problema en entablar relaciones políticas y comerciales con países cuyas visiones son antagónicas a las del socialismo, mientras éstas estén basadas en el respeto a la soberanía, no en la imposición, la injerencia y la obediencia ciega, que son los rasgos comunes a la propuesta unipolar de EE.UU.

f) Economía. El sistema socialista yugoslavo estaba basado en la autogestión y el cooperativismo, en una visión no centralizada del mismo, un modelo autogestionado, al contrario que el soviético, totalmente estatista. En el sistema yugoslavo, convivían hasta cierto punto socialismo y capitalismo, lo que generó algunos aspectos positivos y otros tantos negativos. Las industrias y empresas funcionaban a nivel nacional basadas en la competencia, pero éstas eran controladas por asambleas de trabajadores, no por dueños privados. El cooperativismo fue, a su vez, muy promovido por las autoridades yugoslavas. Por cierto, Yugoslavia fue uno de los países que visitó Ernesto Che Guevara, en su viaje para conocer las diferentes experiencias socialistas del mundo por aquel entonces, poco después de triunfar la revolución cubana, en 1959 (en esta foto, que adoro, estrechando la mano de Tito). Hasta los años setenta, el sistema económico yugoslavo funcionó muy bien, y la población vivía en una situación, en líneas generales, parecida a la social democracia sueca de aquellos días.

Las cooperativas y los consejos comunales han ido, poco a poco, ganando espacio y poder en el socialismo bolivariano. Aún así, Venezuela sigue siendo un país en gran medida capitalista, no hay más que dar una vuelta por Caracas o cualquier ciudad para ver cómo el capitalismo es eje fundamental de infinidad de transacciones económicas. El socialismo, en construcción, y esto no va a cambiar fundamentalmente si se aprueba la Reforma constitucional actualmente sometida a debate, convivirá con formas capitalistas de producción, mientras éstas no sean de importancia estratégica.

g) Personalismo. Yugoslavia estaba llena de retratos, bustos y estatuas de Tito. La gran victoria que encabezó frente a los nazis fue -lógicamente- exprimida al máximo por su gobierno y afianzó en gran parte su popularidad. Extremadamente reacio a la crítica, se rodeó de personas donde primaba la (supuesta) fidelidad antes que el compromiso crítico con el socialismo, algo que pagaría muy caro el país tras su desaparición. Su figura se tornó tan imprescindible para la defensa del sistema implantado en el país, que después de 35 años de gobierno controlado por Tito, esa misma estructura sólo resistió diez años sin su presencia física.

La inconmensurable imbecilidad de ciertos sectores oligárquicos ofreció a Chávez en bandeja una imagen que pocos pueden olvidar: la derrota de un golpe de Estado derechista en América, imagen por ahora única que el gobierno bolivariano ha sabido aprovechar muy bien, lógicamente. Aunque pueden verse retratos y carteles de Chávez en infinitas partes del país, comparativamente la estrategia comunicacional venezolana es muchísimo más discreta que la balcánica: por ejemplo, aquí no hay plazas, ni escuelas, ni edificios, ni mucho menos capitales de estado (como fue el caso de Titograd, literalmente 'Ciudad de Tito' en Montenegro, una de las repúblicas ex-yugoslavas) que lleven el nombre del presidente. Hugo Chávez se queja a menudo de que este proceso necesita crítica constructiva (destructiva hay de sobra), pero ésta se oye, lee y ve poco, y en contadas ocasiones respecto a su figura, o a sus decisiones. ¿Esto es así por decisión suya, o de sus estrategas comunicacionales? Que cada uno juzgue a su entender, yo no lo tengo claro. La pregunta que se abre ahora es... ¿resistiría la revolución bolivariana la ausencia física de Hugo Chávez Frías?

h) Legado. Tras el fallecimiento de Tito, que se vivió en Yugoslavia con intenso dolor (muy famosa es la foto en la que los jugadores de fútbol Tomislav Ivic y Zoran Vujovic lloran sobre el terreno de juego al conocer la noticia), los mismos que habían sido sus más dizque 'fieles' escuderos fueron los primeros en, paulatinamente, ir traicionando su proyecto, como si fueran una agrupación de clones de José Antonio Páez en versión eslava. Casi todos los que desmembraron desde dentro Yugoslavia ocuparon puestos importantes, o comenzaron su carrera política, en el alto gobierno comunista: por ejemplo, Franjo Tudjman fue un destacado general del Ejército Yugoslavo, y Slobodan Milosevic, miembro del PC yugoslavo desde 1952, llegó a ser director del banco más importante del país dos años antes de la muerte de Tito. Los herederos del titismo entraron en una lucha fratricida en la que todos quería demostrar, primero, quién era más yugoslavo, para gradualmente pasar a aportar pruebas de quién lo era menos: del socialismo que no debía distinguir de nacionalidades se pasó a un nacionalismo que no se distinguía en mucho del fascismo, por parte de todas -no fue
sólo responsabilidad serbia- las repúblicas que integraban la federación. Sin olvidar la inestimable ayuda de Alemania, claro, a la cabeza de la Unión Europea neoliberalizadora, y por supuesto, los Estados Unidos, en conjunto se consiguió lo que los mismísimos nazis no habían logrado: vencer, dividir y destruir Yugoslavia. De aquel "Camarada Tito, te juramos que siempre mantendremos unidos los estados" con el que arrancaba el himno de la República Federal Socialista de Yugoslavia, de aquel proyecto hermoso, se pasó a una sangrienta y brutal guerra civil cuyos resultados todos conocemos: un sistema económico socialista convertido en capitalista, una única nación dividida en pequeños y manejables mini-estados, y cientos de miles de muertos y refugiados. Aunque en los últimos años bastantes yugoslavos se han dado cuenta de lo que perdieron al desmembrar su país, algo que comprobé en mi visita a Bosnia en el 2003, lo que quedó de todo aquel proceso es muy poco. Yo era un adolescente en 1991, y puedo decir que antes de que ninguna mujer me rompiera el corazón, primero lo hizo la larga muerte de Yugoslavia.

¿Cuál será el legado de Chávez? ¿Será poco, algo, mucho, o nada parecido al de Tito? Eso tienen que escribirlo, cada día, todos los venezolanos y venezolanas, en el libro de historia de este proceso todavía en construcción. Ahora bien, la intención de este artículo es cada uno extraiga de esta comparativa las conclusiones que crea conveniente. Los opositores a la revolución bolivariana argumentarán que nos encaminamos a una guerra civil sin remedio, los que defienden este proceso ciegamente, sin argumentos, dirán que nada malo puede pasar, porque no se está haciendo nada mal. ¿Mi opinión? Que ambos están completamente equivocados.

Dicen con razón que quien no analiza el pasado está condenado a repetir sus errores. Y a no aprovechar sus aciertos, añadiría yo.

Sus opiniones son bienvenidas.

jueves, agosto 23, 2007

¡Todos a los parques!

Hoy mientras caminaba por la avenida Miranda, junto al Parque del Este/Generalísimo Francisco de Miranda, vi en el suelo una hoja pisoteada del periódico Últimas Noticias. El titular decía que los principales parques públicos caraqueños ampliarían su horario en unas cinco horas, hasta las 10 pm. ¡No se imaginan lo que me alegró la noticia!Foto tomada de www.mipunto.com

Lo que me llama la atención es que haya tenido que enterarme porque algún sucio dejó esa hoja botada en el suelo. Sigo las noticias del país con bastante frecuencia, y me asombra no haber sabido de esto antes. Creo que pocos aprecian la magnitud de esta noticia, que fue desplazada mediáticamente, a mi modo de ver injustamente. ¡Se trata de un asunto crucial! La capital venezolana tiene la desgracia de haber vivido durante décadas inmersa en la cultura-mall, que consiste en que el único sitio de esparcimiento verdadero es un centro comercial, cuanto más grande y trivial mejor. Los espacios públicos, parques y paseos, se fueron abandonando paulatinamente, y actualmente Caracas, a las 8 pm y en adelante, muestra un aspecto bastante desolador.

Ah, claro, por la inseguridad, dirán algunos. Puedo asegurarles que la inseguridad de la zona céntrica de Caracas (digamos, por aproximar, la zona intermedia de la línea 1 del metro) es más leyenda que otra cosa. Yo he caminado por zonas céntricas, principalmente entre Los Cortijos y Parque Carabobo a cualquier hora de la noche, cualquier día de la semana y nunca me ha pasado nada. Les aseguro que mi aspecto físico, además, es una invitación al robo: no asustaría ni a un malandro hemipléjico.

Estas zonas se vuelven inhóspitas y la gente las teme porque no hay nadie en la calle: todo el mundo en el mall o en el apartamento, muertos de miedo. Los malandros tienen facilidad en estas áreas simplemente porque no hay casi gente en ellas. Si sólo el 10% de los habitantes de la zona se dejara de temores y paseara por la zona céntrica de Caracas, por ejemplo entre Chacao y Parque Carabobo, tomándose un helado, paseando al perro, estas zonas serían más seguras -figurativamente hablando- que un pueblo suizo un domingo al mediodía, Foto tomada de www.theage.com.auporque la relación numérica malandros/no malandros cambiaría drásticamente a favor de los segundos. Lo que ocurre es que la gente ha abandonado los espacios públicos por la influencia mediática de algunos medios, y por una equivocada cultura recreativa, importada directamente desde USAmérica (donde la diversión principal gira en torno a gigantescos centros comerciales). El profesor de la UCV Andrés Antillano hizo un análisis muy interesante sobre todo esto.

Ojo, no quiero decir con esto que Caracas sea una ciudad segura, porque globalmente no lo es, tranquilos miedoadictos que ya me los veo venir, pero desde luego que estas áreas que menciono serían perfectamente transitables a cualquier hora si en lugar de dos personas por calle hubiera veinte. Y por ahí es que hay que ir, recuperar para los habitantes de esta ciudad un espacio público tras otro.

Eso sí, ahora se impone cumplir con nuestra parte. De nada sirve que las autoridades (Alcaldía Metropolitana e Inparques) hayan llegado a un acuerdo para que esta ampliación horaria se lleve adelante, incluyendo actividades culturales y educativas, así como reforzando la seguridad con policías turísticos, si vamos a seguir encerrados en casa temblando de miedo. De modo que tomen a sus parejas, a sus mascotas, a sus hijos, a padres y madres, o a todos a la vez, y no se pierdan esta oportunidad inmejorable de ganar las calles para todos.

Yo por lo pronto ya estoy lustrando mi pelota de basket, que apenas había podido utilizar por mis obligaciones laborales y por esta horrible -y afortunadamente pronto extinta- cultura recreativa. De modo que a partir de este lunes... ¡nos vemos en los parques!

jueves, agosto 16, 2007

Curiosidades del capitalismo: Perú y Wall Street

Mirando CNN en Español en televisión -créanme que fue por despiste- me entero de estos dos reveladores datos:
  • EEUU envía hoy 100.000 (cien mil) US$ a Perú, en concepto de ayuda para paliar las consecuencias del terrible terremoto que sufrió ayer el país andino (ya se acercan a los 500 muertos). (1)

  • La reserva federal de EEUU -que depende del gobierno- inyecta otros (lleva varios días haciéndolo con sumas similares) 17.000.000.000 US$ (diecisiete mil millones de dólares) en el sistema bancario, para paliar las consecuencias del ¿terrible? desplome de las bolsas en Wall Street y el mundo. (2)
Curiosidades del capitalismo: el desplome de la bolsa de Nueva York y la pérdida de valor de las acciones es 170.000 veces más importante que el desplome de ciudades enteras y la pérdida de vidas humanas en Perú.

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El amigo Manuel Colinas tradujo este texto al francés y lo publicó en Le Grand Soir. ¡Gracias!

Reforma constitucional en referendo consultivo... Vayamos más allá del SÍ/NO

Una de las cosas por las que no creo en las democracias representativas es el hecho de que el modo en el que se ejerce el voto en ese caso hace que uno -inevitablemente- apoye leyes con las que no está de acuerdo. ¿Cómo es esto? Muy simple:Foto tomada de www.resistir.info

Cuando uno se enfrenta a los procesos electorales, analiza de una manera más o menos profunda los partidos que acuden a la contienda. De sus programas electorales, el votante se fija en qué le gusta y qué no. Es muy raro que uno encuentre un partido con el que esté totalmente de acuerdo: se vota por la opción con cuyas propuestas se coincide mayoritariamente, independientemente de que en el "paquete" se incluyan propuestas a las que nos oponemos. Por ejemplo:

Supongamos que el partido A apoya diez propuestas con las que coincidimos y cinco con las que no, mientras que el partido B apoya cinco ideas que son de nuestro agrado y diez con las que no comulgamos. En este ejemplo nos inclinaríamos por la opción A, apoyando así esas políticas (diez) que nos movieron a votar por ellos, pero a la vez dando a ese partido nuestro permiso para que desarrolle programas (cinco en el ejemplo) con los que no estamos de acuerdo. ¡He ahí la trampa de la representatividad parlamentaria!

En estos sistemas, con mi voto, estoy dando mi permiso a los gobernantes para que, en mi nombre, y durante seis, cinco o los años que sean según el país, lleven adelante políticas con las que no estoy de acuerdo. Aunque sean una minoría de las medidas que lleven adelante, eso no importa: no estoy de acuerdo con ellas, y las hacen en mi nombre y con mi voto de coartada. Esto es así siempre, en todas las democracias representativas. La otra opción que le queda al ciudadano es no votar. De este modo uno queda enfrentado a una encrucijada -nada democrática- impuesta por la maniquea idea de que "no se ha inventado nada mejor": si votas, apruebas cosas con las que no estás de acuerdo; si no votas, no tienes otro modo de ejercer tu derecho a participar.

Pero el caso de Venezuela es distinto: la Constitución de 1999, aprobada en referendum consultivo, afirma que vivimos en una democracia "protagónica y participativa". Con esas premisas no sólo tenemos la posibilidad de que nuestra participación sea más presente, real: tenemos el derecho, casi la obligación, de exigir que así sea. En las elecciones generales del pasado diciembre, en la aprobación de la primera constitución, se cumple lo mismo que en los anteriores casos: al apoyar una opción u otra, fuera la que fuera, la mayoría estaba implícitamente dando luz verde a una parte de propuestas con las que no se estaba de acuerdo. Eran otros tiempos... ¿lo eran?Foto tomada de www.aporrea.org

Ahora estamos en un escenario muy distinto: la construcción de un partido unitario -teóricamente desde las bases- como lo es el PSUV, la paulatina transferencia de poder al pueblo organizado (Quinto motor, el Poder comunal) y una reforma constitucional. Una reforma, no una constituyente, lo que implica el cambio de un número -número limitado y determinado- de artículos.

Todavía no se ha hablado -por lo que yo sé- de fechas ni de cómo será el referendo consultivo. Pero intuyo que ese proceso será como el referendum revocatorio/reafirmatorio del que se cumplen ahorita tres años: una pantalla con un botón que diga SÍ y otro NO, sólo que en este caso los actores políticos intercambiarán sus opciones: oficialistas lucharán por el SÍ, oposición por el NO. Con todos mis respetos, creo que en este caso, por el carácter de lo que se va a debatir -una reforma, no una constitución totalmente nueva, ni un revocatorio- eso no sería ni protagónico, ni participativo, ni democrático en el sentido que uno espera de este proceso.

La propuesta de reforma incluye 33 artículos, que serán debatidos en las calles y en la Asamblea Nacional. Lo normal y democrático es que la gente pueda estar de acuerdo con una mayoría o una minoría de esos artículos, no siempre a favor o en contra de todos ellos de manera absoluta, y creo que ésta es una oportunidad única para hacer un referendo abierto, realmente participativo.

¿Qué tal que los votantes puedan, llegado la hora del referendo, aprobar o rechazar esos nuevos artículos de manera separada? Poder aprobar unos y al mismo tiempo rechazar otros. "Estoy de acuerdo con la reelección, pero lo de los vicepresidentes estadales me parece más burocracia", "apoyo el nuevo carácter que adquirirán las misiones sociales, pero no estoy de acuerdo con la nueva configuración territorial" o "la acepción del término 'propiedad social' cambiará al país para mejor, pero no apoyo la reelección continua" pueden ser, de hecho están siendo y serán, opiniones que podemos leer en Internet y escuchamos en las calles. Sólo han pasado 24 horas y el debate ya está que arde. ¡Bienvenido sea! Ese debate sano y abierto, que no se ve en casi ningún país del mundo menos en éste, debería verse reflejado en el proceso de votación.

Algunos alegarán que ese proceso abierto sería más complicado, más lento, más costoso, y probablemente tengan razón, pero las ventajas ganan a los inconvenientes... y por goleada: más debate, más participación, más protagonismo, explicación mucho más detallada de todos y cada uno de los artículos (puesto que todos y cada uno de ellos, individualmente, estarían en peligro de no ser aprobados), y la posibilidad de eliminar ese vicio heredado de la representatividad de que si me gustan 30 artículos y me disgustan tres, yo no tenga los mecanismos de expresarlo así con mi voto, y tenga que decir o bien "me gustan todos" o bien "no me gusta ninguno", que es al fin y al cabo lo que representa la opción SÍ/NO.Foto tomada de www.voltaire.net

Las complicaciones en el proceso de votación pueden reducirse agrupando los 33 artículos temáticamente, de modo que se votara por, digamos, cinco puntos (por ejemplo, reelección presidencial, organización territorial, nuevos conceptos de propiedad, nuevo carácter de las misiones y nombre de las fuerzas armadas). El mayor costo sería una excusa chimba: con el proceso electoral electrónico el costo es prácticamente idéntico. ¿Será más lento el momento de votar? Sin duda, pero el camino mejor es muchas veces el más difícil. Paradójicamente, tendríamos un proceso de votación más lento, pero a la vez la democracia caminaría más rápido.

Va a resultar muy difícil convencerme de que votar 'en bloque' (SÍ/NO) la aprobación o no de la propuesta completa de reforma constitucional es lo que podemos esperar y debemos exigir a una democracia como la que se construye en Venezuela.

Piénsenlo: una votación así sería más participativa, más protagónica... más democrática. Entonces... ¿por qué no?

Ésta es mi propuesta.

domingo, agosto 12, 2007

Una frase para la reflexión

Hace unos meses descubrí esta frase, que me parece una guía muy interesante para la construcción de la nueva Venezuela, y hoy la recordé a raíz de un debate que sostuve en una entrada del blog de mi amiga Yosmary. Aunque no soy anarquista, considero que esa filosofía hace aportes muy interesantes y puntualmente comparto algunos aspectos de su visión del mundo. La frase es de, probablemente, el pensador anarquista más conocido, Mijail Bakunin, y dice:

"Libertad sin Socialismo es privilegio e injusticia, Socialismo sin libertad es esclavitud y brutalidad".

A mí, desde que la leí, me pareció que podía ser un excelente resumen del socialismo que se está queriendo construir en Venezuela. ¿Qué opinan ustedes?

viernes, agosto 10, 2007

Aniversario

Hoy esta bitácora cumple un año de nacida. Fue un 10 de agosto de 2006 cuando publiqué mi primera entrada, tan vieja que ni comentarios tiene. Eso sí, fue publicada en Rebelión, lo que me animó mucho a seguir escribiendo.

Actividad la de escribir que tengo algo (muy) abandonada últimamente, por lo menos en lo que a este blog se refiere. Durante este año he publicado casi 70 entradas, diez de las cuales fueron videos. Tengo en mente varios nuevos (uno de ellos a punto de terminar, desde hace un mes), espero darles salida pronto.

Gracias a todos los que me han leído en este tiempo, a todos los que han comentado, rebatido e insultado. A los primeros por las palabras amables, a los segundos por encender debates, y a los terceros por venir aquí a hacer ostentación de su falta de argumentos: me facilitan el trabajo :)

A pesar de que actualmente este blog pueda sentirse más olvidado que un libro en la residencia de los Bush, espero revivirlo pronto.

Hasta pronto... y hasta la victoria siempre :)