domingo, enero 18, 2015

INTERSTELLAR: LA ASTROFÍSICA DE LA PROPAGANDA

Ante todo, en mi opinión Interstellar (Christopher Nolan, 2014) es una película impecablemente realizada, donde destaca la banda sonora de Hans Zimmer y el espectacular sonido por encima de otros aspectos técnicos y artísticos igualmente muy bien resueltos.

Excepto por algunos recursos dramáticos muy previsibles, y otros risibles -como la pretenciosa y ridícula intención de relacionar el amor con la teoría de la relatividad- la historia se deja ver muy bien a pesar de sus casi tres horas de metraje.

Pero no me centraré en sus aspectos cinematográficos ni científicos -algunos han puesto en duda su rigor astrofísico- sino en los elementos propagandísticos del film, que prácticamente lo ponen a la altura de la saga Rambo ideológicamente hablando. Y de forma mucho más peligrosa, por lo relativamente sutil. El diario "Los Angeles Times", por ejemplo, opina que la película ofrece una imagen muy positiva para EEUU. A confesión de partes...

Quienes no la hayan visto no teman seguir leyendo: no arruinaré ninguna sorpresa del argumento en este artículo.

Decir que la película es una descarada oda a la NASA es quedarse corto. Que dediquen un diálogo completo a desmentir las teorías que afirman que el alunizaje de Apollo 11 fue un montaje para arruinar a la Unión Soviética es ya de por sí sintomático (y lo gratuito de la escena provoca creer que efectivamente fue así). Innumerables son las menciones que hay en el metraje a la “encomiable” labor de la agencia espacial estadounidense, punta de lanza del progreso de la humanidad, a pesar de la ocasional incompresión de la opinión pública por el elevado costo de sus misiones espaciales.

El punto de partida del film es que el Planeta Tierra, al parecer “espontáneamente”, se ha vuelto inhabitable y no queda más remedio que abandonarlo. Poca o ninguna mención al motivo de esta desgracia “natural”, quedando el hombre y sus actividades exentos de toda responsabilidad, y no digamos el capitalismo. El Hombre es la víctima y la Naturaleza el verdugo, y no al revés. La Tierra “ya no sirve” -quién sabe por qué, son “cosas que pasan”- y no queda más remedio que acudir a la NASA para que nos busque otro planeta donde vivir (y al que posteriormente poder contaminar hasta volverlo inhóspito, se entiende).

Como en toda producción de Hollywood, la bandera de las barras y estrellas aparece en numerosos planos. Interstellar no es la excepción, con el añadido de que irrumpe en pantalla de manera constante, y el agravante de que el film se centra en “salvar a la Humanidad”, pero no aparece ni un solo personaje que no sea de nacionalidad estadounidense. Ni uno. Al parecer la importancia de mantener las misiones espaciales no es tanto por el bien de la raza humana, sino por el bien del país que más ha hecho por exterminarla.

Detrás de su impecable factura técnica y artística, de su pedagogía científica y de su vibrante desarrollo dramático, la moraleja de la película queda resumida a que este planeta está dando sus últimas bocanadas de aire y no existen responsables a los que culpar, no hay esperanza de salvarlo así que podemos terminar de destruirlo sin sentir remordimientos, y la única salida a este panorama desolador es permitir que los científicos estadounidenses salven... a los estadounidenses.

Dicen que desmontar las películas de Hollywood es una excelente forma de averiguar en qué piensa y qué planea hacer en el corto o mediano plazo el estamento político-militar que gobierna Estados Unidos. En el caso de Interstellar las conclusiones a las que podemos llegar son mucho, mucho más sencillas de obtener que la teoría de la relatividad de Einstein. E infinitamente más preocupantes.

2 comentarios:

Alberto Salazar dijo...

Es correcto el juicio sobre el filme, pero hay que comprender que casi toda la sci-fi de EE.UU. ,es una oda al desarrollo espacial de ese país. Que los científicos sean estadounidenses, que la bandera de rayas y estrellas predomine, que la NASA sea la única institución capacitada para salvar al mundo, son claras muestras de eso.

Así que a los autores del filme se les puede acusar de ser egoístas, o miopes en su visión de cómo manejar una crisis tan grave para la humanidad, pero es que así siempre ha sido su visión. Predomina la superioridad técnica estadounidense. Por ejemplo, "2001, una odisea del espacio" no escapa tampoco de ese pecado.

De modo que es correcto que el filme resulta inverosímil por dejar de lado el aporte científico de otras naciones en el espacio y sus posibles aportes para salvar nuestro planeta, pero insisto, se puede comprender ese serio error, ya que tras la espectacular e inmensa hazaña de poner un hombre en la luna en menos de una década, y sobrepasar a la URSS, los gringos aún se crean los mejores y únicos. Es un significativo error, pero es difícil pedirle más al Hollywood actual.

Más notable me resultó a mi, el hecho de que un solo científico -el Dr. Brand- lleve la dirección completa de semejante iniciativa. ¿Un único individuo que engaña a todos los demás? Eso luce anti-científico.

Igual que el astronauta e ingeniero Cooper sea el superhéroe que físicamente puede luchar a muerte en el espacio sideral y vencer a todos, mientras que por igual puede comprender de inmediato, en un santiamén, cómo manejarse en la quinta dimensión.

También quedan pendiente aspectos como haber logrado mantener en silencio y confidencialidad de las misiones Lázaro ante todo el mundo y de la misma misión de Cooper y el resto de los tripulantes, mientras que al inicio, a Cooper un simple "drone" de la India le revela la mitad del misterio.

Y qué decir de la salida del pasaje de 5ta dimensión, con ribetes de teseracto interestelar. Parece sacado de la manga y poco probabilístico. Al igual que la falta de cumplir con un plan previamente establecido y que predomine la iniciativa en un ambiente tan inhóspito como es el espacio y un agujero de gusano en el cosmos. A la incertidumbre, la ciencia le responde con cautela y no con aventura. Allí el filme parece más una historia de superhéroes gringos que de científicos de EEUU.

Hay otros aspectos que no señalaré, pero podemos centrarnos más en las fallas argumentales que únicamente en el hecho de que el filme sea propaganda para la ciencia de EEUU y para levantar el ego y ánimo de una nación que empieza a declinar ante el gigante rojo de Asia.

Luigino Bracci Roa dijo...

No he visto la película, pero creo que es ingenuo no esperar que, si una empresa patrocina una película, no condicione su guión a que dicha película le haga propaganda. La US Navy y otros cuerpos del Ejército de los Estados Unidos patrocinan las cuatro películas Transformers, volviendo hipermillonario a Michael Bay mientras el Ejército estadounidense logró crear joyas de la propaganda de reclutamiento, en las que los héroes ya no son los robots sino los valientes soldados estadounidenses, capaces de vencer enemigos extraterrestres sea cuales sean. Le prestan a Hollywood sus bases militares, sus soldados participan como extras, les dejan grabar en sus portaaviones y hacer tremendas tomas de sus aviones, de sus helicópteros, de sus drones... no joda. Tanto es así que cambiaron a Megan Fox y a Shia Labeouf y a nadie le importa, porque los verdaderos protagonistas son los chamos que interpretan a los soldados. Hay un libro, "Operation Hollywood" de David Robb (también hay un documental), que muestra cómo hay una oficina del Pentágono encargada de hacer las negociaciones para prestar instalaciones militares para filmar películas, a cambio de revisar los guiones y convertir las películas en largometrajes propagandísticos.

No he visto Interstellar pero supongo que lo mismo pasará con la NASA... ¿quieres permiso para usar nuestro logo, quieres que cooperemos contigo, que te demos asesoría, te prestemos científicos, planos de nuestras naves y te ayudemos a hacerla? Bueno, haznos propaganda. Tantas otras empresas privadas que financian películas estadounidenses, y de allí que vemos las películas llenas de logos de Coca Cola, Pepsi, McDonald's y tantas otras que pagan publicidad por emplazamiento. Hoy incluso da algo de risa ver "Volver al Futuro" o "Total Recall", llenas de publicidad por emplazamiento de Pepsi, usando aquel viejo logo ochentero.

Bobos nosotros en la Revolución, que otorgamos fondos para cineastas en el CNAC y otros entes, pero jamás he visto una película venezolana ambientada o contextualizada en el Hospital Cardiológico, en un CDI, en un Infocentro o en cualquiera de los logros de la revolución (si acaso la telenovela Teresa en Tres Estaciones). Y si lo hiciéramos, nos acusarían de ideologizadores y propagandistas.